La problemática de las vacas abandonadas en Galicia

Javier López
Javier López | Veterinario
17/08/2021 | Actualizado: 02/11/2023 17/08/2021
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La problemática de las vacas abandonadas en Galicia
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Lamentablemente, nos han ido llegando a lo largo del mes pasado noticias provenientes de Galicia, informando sobre un mismo hecho que se ha repetido en distintos lugares de la Comunidad Autónoma: el hallazgo de vacas abandonadas en explotaciones ganaderas. El primero tuvo lugar en Chantada, Lugo. Allí, una patrulla del Seprona, alertada por profesionales veterinarios de la zona, encontró una explotación lechera donde se había abandonado a los animales. Completamente abandonados. Una espeluznante imagen de cadáveres de vacas en descomposición, otras que aún lograban sobrevivir con úlceras y desnutridas, y todo ello junto a una acumulación de abono que llegaba a los 50 cm de altura. De los 63 ejemplares que después se comprobó que formaban el censo de la explotación, solo alrededor de una veintena permanecían con vida. La instalación, aun así, ya presentaba un estado de funcionamiento en nefastas condiciones sanitarias antes de su abandono. Después, vino el caso de Friol. Al igual que en Chantada, la Guardia Civil actuó, esta vez denunciando la quema de restos de reses muertas. Reses que también habían muerto por desatención, abandono y desnutrición. Y como en el caso anterior, también rondaban los 40 ejemplares.

Un tercer caso de las mismas características ocurrió en Boiro, A Coruña. Solo que aquí el final fue distinto. Si las vacas que fueron halladas con vida en Chantada, se encontraban en tal estado aciago de salud que fueron sacrificadas por recomendación veterinaria, el impacto social que causó este tipo de acontecimientos, provocó una movilización ciudadana para salvar a las vacas de Boiro. Una quincena. Así, se llevaron a cabo distintas iniciativas que demandaban tanto acciones legales en contra de los causantes de los abandonos, como evitar que las vacas fueran sacrificadas. Finalmente se consiguió. Hace pocos días podíamos ver, en una red social que comparte campañas de denuncia social, las fotos de estas vacas supervivientes que pastaban plácidamente por los prados. Están, de momento, custodiadas por una asociación animalista, una vez decomisadas a su antiguo propietario, y hasta nueva orden del juez. Esas imágenes, las de unas vacas felices en los pastos, contrastan con las encontradas muy poco antes en las explotaciones abandonadas, y es la mejor noticia que nos puede llegar: la de unos animales que aunque fueron tratados de una forma inmerecida, vuelven a poder experimentar la felicidad.

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