¿Cómo acabar con las enfermedades fúngicas?

J. Pablo Aguado
J. Pablo Aguado | Farmacéutico y especialista en comportamiento animal
17/08/2021 | Actualizado: 02/11/2023 17/08/2021
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¿Cómo acabar con las enfermedades fúngicas?
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Cuando nos desenvolvemos en entornos animales, lo “fúngico” nos resulta un vocablo familiar. Fungi, es el término latín de hongo. Los hongos, junto a los virus, bacterias y protozoos,  son una de las familias en que se engloban lo que conocemos como microrganismos patógenos. En su haber se encuentran las patologías denominadas fúngicas, que tanto perjuicio causa en la salud y el bienestar de nuestros animales.

¿Qué podemos decir de las enfermedades fúngicas?

En primer lugar, cuando hablamos de patologías fúngicas hablamos de micosis. La micosis es una enfermedad infecciosa producida por las toxinas que los hongos generan y liberan por el organismo del animal. Claro que los hongos no solo hacen presencia en los animales. En el mundo vegetal también lo hacen, asentando sus toxinas por ejemplo en los cereales, toxinas que pueden ser ingeridas por los animales, infectándose así también por esta vía. Son distintas las enfermedades fúngicas que sufren según qué especie de animales.

En los animales domésticos (perros y gastos), por ejemplo, la dermatofitosis (de los hongos dermatofitos), es una infección muy común en la piel y las uñas, provocando alopecia, inflamación y costras.

En el caso concreto del perro, las otitis (levaduras) y las neumonías (hongo Pneumocystis carinii), son dos ejemplos de posibles infecciones que pueden agravarse considerablemente, poniendo en serios riesgos la salud del animal. En el gato, podemos señalar la criptococosis, que se revela como rinitis o sinusitis.

Si hablamos de ganado bovino, es obligado asociar una infección por Cryptococcus con mastitis graves, con todos los quebrantos que conlleva y que ya conocemos, además de complicaciones pulmonares importantes.

En aves, la Aspergilosis y la Candidiasis pueden afectar al aparato respiratorio y digestivo, respectivamente.

Por último, los caballos también pueden sufrir artritis por levadura, con lo que ésta comporta en su rendimiento y actividad.

Muchas son, en definitiva, las infecciones fúngicas y aflicciones que pueden experimentar nuestros animales según su especie. Para salvaguardarlos de ellas, y conservar su salud y bienestar, es imprescindible considerar la higiene de su espacio físico. 

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