Epilepsia en perros: síntomas, causas y tratamiento
¿Tu perro sufre convulsiones o ataques repentinos? En este artículo aprenderás qué es la epilepsia canina, sus causas, síntomas y los tratamientos más efectivos, con consejos prácticos para mejorar la calidad de vida de tu mascota.

La epilepsia en perros es una enfermedad que puede asustar mucho a los dueños cuando aparece por primera vez. Ver a tu compañero sufrir un ataque no es fácil, pero la buena noticia es que, con diagnóstico y tratamiento adecuados, la mayoría de los perros epilépticos pueden llevar una vida plena y feliz.
Además, cuanto antes se detecte, mejor será el pronóstico y el control de las crisis. La prevención de desencadenantes también juega un papel clave en la calidad de vida del animal.
En esta guía te explico qué es la epilepsia en perros, cuáles son sus síntomas más comunes, las causas que la provocan y los tratamientos más efectivos para mejorar la calidad de vida de tu mascota.
¿Qué es la epilepsia canina?
La epilepsia es un trastorno neurológico en el que el perro sufre crisis convulsivas recurrentes debido a descargas eléctricas anormales en el cerebro.
Dentro de sus formas, la epilepsia idiopática es la más frecuente en perros. Se denomina así porque no se identifica una causa clara en pruebas médicas como resonancias o análisis. En otras palabras, el perro tiene convulsiones recurrentes sin que exista un tumor, traumatismo o enfermedad cerebral visible que las explique.
Se cree que existe un importante componente genético y hereditario, ya que ciertas razas muestran mayor predisposición. Según el Purina Institute, suele diagnosticarse entre el primer y tercer año de vida, cuando aparecen las primeras crisis en perros aparentemente sanos.
Esto significa que un can joven, incluso si luce saludable, puede desarrollar epilepsia. En estos casos, el tratamiento se enfoca en controlar los ataques con medicación y cuidados de apoyo, ya que no es posible eliminar la raíz del problema.
Cómo funciona el cerebro durante un ataque
Cuando ocurre una crisis, el cerebro genera impulsos eléctricos descontrolados que afectan al cuerpo: movimientos involuntarios, rigidez, pérdida de conciencia y, en ocasiones, salivación o micción involuntaria. Suelen durar entre 30 segundos y 2 minutos.
Tras la crisis, es común que el perro quede desorientado, con comportamiento extraño o dificultad para moverse. Este periodo se llama fase postictal y puede durar de minutos a horas.
Diferencia entre convulsión y epilepsia
No todas las convulsiones son epilepsia. Una convulsión aislada puede deberse a fiebre, intoxicación o un golpe. La epilepsia, en cambio, se diagnostica cuando hay convulsiones recurrentes sin un desencadenante inmediato.
En su artículo sobre movimientos excitatorios, la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) señala que algunos trastornos del movimiento pueden confundirse con convulsiones y que, en ausencia de un electroencefalograma (EEG), resulta difícil diferenciarlos con precisión.
Tipos de epilepsia en perros
Existen diferentes tipos de epilepsia en canes, clasificados según su origen. Conocer estas variantes es fundamental para comprender la enfermedad y aplicar el tratamiento más adecuado.
Epilepsia idiopática o hereditaria
Es la más común y suele afectar a perros jóvenes. No se identifica una causa específica, pero la genética tiene un papel clave. Razas como Beagle, Labrador o Pastor Alemán son más propensas.
En ese sentido, la Cornell University indica que existen variantes genéticas asociadas a la epilepsia idiopática, aunque aún se investiga su papel en razas específicas.
Epilepsia secundaria: causas estructurales o reactivas
En estos casos, la epilepsia se debe a una causa clara: tumores cerebrales, traumatismos, intoxicaciones, infecciones o problemas metabólicos. El tratamiento depende siempre de la causa detectada.
Identificar la causa es fundamental, ya que puede requerir terapias específicas más allá de los anticonvulsivantes, como cirugía en tumores o dieta en casos metabólicos.
¿Qué perros son más propensos a la epilepsia?
No todos los perros tienen el mismo riesgo de desarrollar epilepsia. Factores como la genética, la edad o el tamaño influyen en la probabilidad de que aparezcan crisis convulsivas.
En especial, se ha demostrado que algunas razas presentan una mayor predisposición hereditaria, lo que obliga a sus cuidadores a estar más atentos a cualquier síntoma neurológico. Además, aunque los mestizos también pueden padecerla, la incidencia suele ser más elevada en perros de raza pura.
Razas con mayor predisposición genética
- Beagle: con frecuencia desarrolla epilepsia idiopática en la juventud, entre 1 y 3 años, siendo una de las razas más estudiadas en este campo.
- Border Collie: altamente predispuesto por su línea genética; las crisis pueden ser intensas y requieren tratamiento temprano.
- Labrador Retriever: presenta casos tanto de epilepsia idiopática como secundaria, sobre todo en la edad adulta.
- Golden Retriever: comparte predisposición con el Labrador, y suele mostrar convulsiones generalizadas como primer signo.
- Poodle: especialmente en sus variedades mediana y miniatura, es una de las razas con mayor incidencia documentada de epilepsia hereditaria.
Conocer estas predisposiciones permite a los dueños anticiparse a los primeros síntomas y acudir al veterinario antes de que la enfermedad avance. En muchos casos, un diagnóstico precoz mejora notablemente el control de las crisis y la calidad de vida del perro.
Epilepsia en perros jóvenes, mayores y de razas pequeñas
- Jóvenes (1-3 años): suele ser idiopática.
- Mayores (más de 6 años): a menudo está asociada a tumores o problemas vasculares.
- Pequeños: aunque los ataques suelen ser menos intensos, también necesitan diagnóstico y control.
¿Cómo saber si mi perro tiene epilepsia?
Reconocer a tiempo los signos de la epilepsia es clave para proteger la salud de tu mascota.
Síntomas comunes y señales de alerta
- Convulsiones repetidas
- Rigidez muscular
- Movimientos involuntarios de las patas
- Salivación excesiva
- Pérdida de control de esfínteres
- Desorientación tras la crisis
Algunos perros muestran además ansiedad o conductas extrañas antes de la crisis. Registrar estos episodios es esencial para el diagnóstico.
¿Cómo es un ataque de epilepsia en perros?
Durante una crisis, el perro puede caer de lado, mover las patas de forma brusca, babear y perder el conocimiento. Aunque parezca doloroso, normalmente no sufre durante el episodio, ya que se encuentra inconsciente.
En casos graves puede presentarse el estado epiléptico, que ocurre cuando una convulsión dura más de 5 minutos o cuando las crisis se repiten sin que el perro llegue a recuperarse entre ellas. Esta situación supone un riesgo vital y requiere atención veterinaria urgente para evitar daños cerebrales o complicaciones en otros órganos.
¿Qué hacer durante un ataque epiléptico?
Presenciar un ataque epiléptico en tu perro puede ser muy angustiante, pero mantener la calma y saber cómo actuar es fundamental para protegerlo.
Durante una crisis no puedes detener las convulsiones, pero sí reducir riesgos, evitar accidentes y ayudar a que la recuperación sea más rápida. Con unos pasos sencillos podrás acompañar a tu mascota con seguridad hasta que la crisis termine y, después, comunicar la situación a tu veterinario.
Guía paso a paso para actuar con seguridad
- Mantén la calma y cronometra la crisis. Saber cuánto dura la convulsión es clave: si se extiende más de 5 minutos o se repite varias veces seguidas, puede tratarse de un estado epiléptico y requiere atención inmediata.
- Retira objetos con los que pueda golpearse. Aleja muebles, juguetes u otros elementos duros para evitar lesiones mientras el perro convulsiona.
- No intentes abrirle la boca ni sujetar su lengua. Los perros no se tragan la lengua y tratar de forzarla puede causar mordeduras accidentales o daños en la mandíbula.
- Colócalo en un lugar seguro hasta que termine. Si es posible, ponlo sobre una manta o superficie blanda.
- Tras el ataque, déjalo descansar y llama al veterinario. Durante la fase postictal el perro puede estar desorientado, ciego temporalmente o caminar sin rumbo, por lo que necesita tranquilidad y observación.
Consejo extra: grabar el episodio en vídeo puede ayudar al veterinario a evaluar mejor el caso, diferenciarlo de otros trastornos neurológicos y ajustar el tratamiento con mayor precisión.
Diagnóstico de la epilepsia canina
Es necesario realizar una evaluación clínica completa que incluya historial médico, exploración neurológica y diversas pruebas complementarias.
El objetivo es descartar otras enfermedades que puedan provocar crisis similares, como trastornos metabólicos, intoxicaciones o lesiones cerebrales, y confirmar si se trata de una epilepsia idiopática o secundaria. Cuanto antes se realice este diagnóstico, mejores serán las posibilidades de control y la calidad de vida del perro.
Pruebas recomendadas: análisis, resonancia, historial clínico
- Análisis de sangre: descartan causas metabólicas.
- Resonancia magnética: detecta tumores o lesiones cerebrales.
- Historial clínico: ayuda a identificar frecuencia y posibles desencadenantes.
Según la AVEPA, un estudio en perros con epilepsia idiopática mostró que el EEG y la resonancia magnética permiten detectar atrofia del hipocampo, reforzando el diagnóstico y la estrategia de tratamiento.
Tratamiento de la epilepsia en perros
El tratamiento se centra en controlar la frecuencia y la intensidad de las crisis, ya que en la mayoría de los casos no es posible curar la enfermedad. El veterinario elegirá el fármaco más adecuado según la edad, el peso, la raza y la gravedad de las convulsiones, y ajustará la dosis a lo largo del tiempo.
Además de la medicación, existen cuidados complementarios en casa y pautas de seguimiento que ayudan a mejorar la calidad de vida del animal y a reducir el riesgo de nuevos episodios.
Fármacos anticonvulsivos más utilizados
Los fármacos anticonvulsivos más empleados en perros son el fenobarbital, el bromuro de potasio y la imepitoína (Pexion®). Cada uno actúa de forma diferente sobre la actividad eléctrica del cerebro para reducir la frecuencia y la intensidad de las convulsiones.
El fenobarbital es uno de los tratamientos de primera elección y suele ser eficaz en la mayoría de los perros, aunque requiere controles periódicos de sangre para vigilar la función hepática.
El bromuro de potasio se utiliza solo o combinado con otros medicamentos, especialmente en perros que no responden bien al fenobarbital. Por su parte, la imepitoína (Pexion®) es un fármaco desarrollado específicamente para uso veterinario y suele presentar menos efectos secundarios a nivel hepático.
Control veterinario y ajustes de medicación
El tratamiento requiere controles periódicos para ajustar dosis y vigilar efectos secundarios. Este seguimiento es clave para lograr estabilidad.
Los chequeos suelen incluir análisis de sangre cada 3-6 meses para controlar niveles de fármacos y función hepática.
Cuidados complementarios en casa
- Mantén rutinas estables de alimentación y sueño.
- Usa dietas específicas que apoyen la función neurológica como Purina Pro Plan Neurocare.
- Evita el estrés y ambientes ruidosos.
- Registra cada crisis para informar al veterinario.
También existen suplementos como Neurovet, que ayudan a mantener la función neurológica. Además, en algunos casos pueden usarse relajantes naturales para reducir la ansiedad asociada.
¿Se puede curar la epilepsia en perros?
La epilepsia no suele curarse, pero sí puede controlarse eficazmente en la mayoría de los casos. Con el tratamiento adecuado, tu perro puede llevar una vida normal y activa.
Los avances farmacológicos y dietéticos han mejorado notablemente el pronóstico de esta enfermedad en los últimos años.
¿Cómo evitar nuevos ataques epilépticos?
- Cumplir rigurosamente con la medicación: administra las dosis siempre a la misma hora y nunca suspendas el tratamiento sin consultar al veterinario, ya que esto puede provocar crisis más graves.
- Reducir factores de estrés: evita cambios bruscos en la rutina, ruidos fuertes o situaciones que generen ansiedad, ya que el estrés es un desencadenante común de convulsiones.
- Mantener un entorno estable y tranquilo: procura que tu perro tenga un espacio seguro, con horarios regulares de comida y descanso, y un ambiente sin excesiva estimulación que pueda favorecer nuevas crisis.
Registrar cada crisis en un calendario o aplicación móvil ayuda a identificar patrones y mejorar el control.
¿Qué esperanza de vida tiene un perro epiléptico?
Con buen control, la esperanza de vida de un perro epiléptico es muy similar a la de cualquier otro perro. Todo depende de la frecuencia de las crisis y la respuesta al tratamiento. Muchos perros epilépticos superan los 10-12 años de vida sin complicaciones graves.
La epilepsia en perros es una condición crónica que, aunque no tiene cura, puede manejarse con éxito con medicación, diagnóstico temprano, seguimiento veterinario riguroso y cuidados en casa.
Siguiendo estos pasos, tu mascota puede disfrutar de una vida larga y de calidad. En Farmahigiene encontrarás además suplementos, dietas veterinarias y productos de apoyo que, junto con la supervisión veterinaria, pueden marcar la diferencia en su día a día.
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